Como sabéis, estas vacaciones las pasé muy lejos de aquí, pues fui a visitar a mi hijo Pablo a Río de Janeiro, ya que está estudiando en esa ciudad su último año de carrera.
Me apetecía mucho traer algo desde tan lejos a mis chicos y chicas... y al visitar el mercadillo hippy de Ipanema encontré algo que seguro que les iba a gustar muchísimo...
Piedras. Sí, piedrecillas de colores, ágatas, obsidianas, ópalos, amatistas... de colores variados y tacto suave.
El primer día de clase después de las vacaciones las repartí... Como no quería que hubiera conflictos con los colores, la mejor solución fue... "piedras por sorpresa"... y aquí veis como van descubriendo cada uno su regalo
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